Uva de mesa: Huertos en formación con nuevas variedades inciden en la menor estimación de volumen para esta temporada

Artículo publicado por El Mercurio

\”(Las nuevas plantaciones de uva) están en etapa de formación, lo que implica un período de entre dos y tres años en el cual todavía no hay frutas porque las plantas están en crecimiento”, señala Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta

Por muchos años, la uva de mesa fue la reina indiscutida de los envíos frutícolas nacionales al exterior, sin embargo, esto cambió, siendo desplazada por la cereza. Esto fue confirmado por las cifras de comercio exterior del año pasado del Banco Central: Los envíos de la fruta roja totalizaron en 2019 US$ 1.562 millones, versus los US$ 1.194 millones de la uva en el mismo período.

De hecho, según cifras de iQonsulting, para la próxima temporada los envíos estarán bajo las 600 mil toneladas —algo que no ocurría desde hace 20 años— y sumarán 596 mil toneladas, un 9% menos que la campaña anterior.

La principal razón, explica Jorge Valenzuela, presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), es el proceso de reconversión que están viviendo miles de hectáreas para pasar de uvas tradicionales a nuevas variedades. “Hoy día están en etapa de formación, lo que implica un período de entre dos y tres años en el cual todavía no hay frutas porque las plantas están en crecimiento”, dice.

La presidenta de Uvanova, Carolina Cruz, señala que esta ha sido una decisión que han tomado los productores de esta fruta debido a que las plantaciones antiguas estaban con bajos niveles de producción y a que los principales mercados están demandando este tipo de uvas, que se caracteriza por un mayor sabor y calibre.

El productor de uva de mesa en Aconcagua Sebastián Brown confirma esta tendencia y señala que cerca del 50% de la superficie de sus plantaciones está en proceso de recambio varietal. “Esto es por un tema comercial (…). También los mismos clientes afuera han estado pidiendo en los últimos años estas nuevas variedades”, asegura.

Valenzuela espera que una vez que los terrenos con nuevas variedades comiencen a producir, la uva de mesa repunte en sus exportaciones gracias a su competitividad.

La sequía sigue siendo otro factor que ha golpeado la producción. La presidenta de Uvanova señala que debido a la falta de agua, muchos agricultores han debido ajustar las superficies pues no eran capaces de regarlas completamente. “Los productores se vieron forzados a abandonar más hectáreas de las que tenían inicialmente pensadas (…), con esto también la fruta sale más chica hay una pérdida de calibre”, afirma.

Otras especies

Una razón adicional en la reducción del número de hectáreas plantadas con uva es la pérdida de terreno a favor de otras especies. “Los productores de uva de mesa también han migrado a otras especies más interesantes, ya sea por rentabilidad, como es el caso de las cerezas, o por menor demanda de mano de obra, como en los nogales”, señala Carolina Cruz.

Jorge Valenzuela agrega que en lugares como la Región de Coquimbo se han “arrancado parras” para plantar frutales alternativos como la clementina.

“La cereza por kilo es mucho más cara que la uva, se ha arrancado bastante uva de mesa en la zona donde se puede poner cerezas, y una razón importante es que el valor monetario del kilo es mucho mayor, es más atractivo y menos kilos de cerezas te dan más dólares”, explica Juan Carolus Brown, productor de uva en Los Andes y director de Fedefruta.

Por último, el posicionamiento de Perú —con ventajas como mejores condiciones climáticas y menor costo en mano de obra— en los envíos de esta fruta ha aumentado la competencia en los mercados internacionales.

“Ya no estamos solos (…) Perú nos está compitiendo con fruta de buena calidad y calibre”, dice Cruz.

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