Columna del presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, en Revista del Campo:
En un momento de la temporada, uno no puede sentarse en los restoranes de Rengo u otras zonas cerezas de la Región de O’Higgins. Están llenos, con muchas mesas ocupadas por empresarios chinos que vienen a conocer a los productores chilenos, para ver los huertos y hacer negocios directamente con ellos.
Por llamativo que suene, la cultura china nos propone un nuevo paradigma en cuanto a la compra de fruta. Por idiosincrasia, el importador chino quiere encontrarse con el productor para entablar relaciones, algo muy distinto al modelo norteamericano que coloca a un agente o un distribuidor entre ambos actores.
Eso ha provocado que el productor pueda estar más cerca del comprador, en una forma de trabajo que le ha abierto los ojos al campo chileno, sobre el conocimiento y las exigencias de los mercados.
Aquello fue algo que vimos como Fedefruta en la última gira presidencial a China y a la cual fuimos invitados. Y el hecho de que hubiese un representante de los fruticultores chilenos en la comitiva causó una impresión muy grata a las autoridades y los empresarios chinos, quienes aprovecharon la oportunidad para consultarnos sobre nuestras expectativas y sus requerimientos de nuestro rubro.
Debido a esta relación que propone China a la fruticultura chilena, con los importadores que quieren venir y cerciorarse de lo que están comprando en terreno, los productores y exportadores debemos adaptarnos a esta forma si esperamos seguir profundizando en un mercado que se perfila a ser el más grande para nosotros de aquí a la próxima década.
Desde el 2012 hasta la fecha, las exportaciones de fruta chilena a China y Hong Kong han subido un 144,4 por ciento en términos de volúmenes, y en el futuro no haremos más que crecer en el gigante asiático, ya que nuestras relaciones comerciales están recién comenzando. Tenemos que conocerlos mejor, prepararnos más, y responder de lleno a la confianza que nos hemos ganado en Lejano Oriente.
