Reabriendo el negocio de la uva en la Región de Coquimbo

Por María Inés Figari, presidenta Sociedad Agrícola del Norte (SAN), directora de Fedefruta, para Revista del Campo

A fines de 2018, el panorama para la uva de mesa de la Región de Coquimbo se veía completamente nublado. No existía interés por la compra de nuestro producto, que en la gran mayoría son plantaciones de variedad Flame por sobre los 20 años, parrones a los que ya no les es posible sacar un volumen superior al 60% de fruta de buen tamaño, que es lo que el mercado requiere.

A raíz de aquello, empezamos a buscar otros destinos para esta fruta, y optamos por producir Flame para pasas. Viajamos a ferias importantes en París, de frutos secos, hicimos contactos y detectamos un potencial bastante importante para ese producto, pues la Flame como variedad da muy buenos resultados como pasa. Además, abrimos una posibilidad para el mercado interno durante diciembre.

En enero, sin embargo, la situación se revirtió en Norteamérica. Hoy sí hay interés desde Estados Unidos, porque los volúmenes embarcados han sido muy inferiores, hasta un 70% menor al mismo período de 2018. Sorpresivamente, empezó a faltar uva en ese país y los recibidores preguntaron por envíos de la Región de Coquimbo porque, dicho sea de paso, tenemos condiciones climáticas favorables que han llevado a una buena calidad del producto final.

Sin embargo, en este panorama un poco más auspicioso, es necesario hacer un llamado a todos, incluyendo a las exportadoras grandes, pues tenemos que ser fieles con la calidad de la uva y no podemos permitir que se privilegie el volumen, porque eso es lo que está matando el negocio. Lo que nos ocurrió en las temporadas anteriores tiene mucho que ver con el exceso de volumen exportado, nos desprestigiamos, y enviamos nosotros mismos al cementerio nuestra producción. Es fundamental que los productores reduzcamos el riesgo, porque el costo ha sido demasiado elevado.

Tenemos que avanzar en el recambio, a un paso firme, pero lento y seguro, pues, de lo contrario, el golpe puede ser fatal. Sin embargo, la tormenta perfecta que hemos vivido en las recientes temporadas, con la sequía, producciones bajas, altos costos y caída en las ventas, ha provocado el sobreendeudamiento de nuestro sector. Hoy necesitamos apoyo, y requerimos de financiamiento especial para los días que estamos enfrentando. Solo así podremos continuar haciendo lo que sabemos hacer, que es producir la tierra.

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