Kiwis Chilenos: Lo que se espera y lo que hay que hacer este 2019

Al comenzar la temporada chilena de kiwis en los principales mercados, la industria ya está vislumbrando lo que será esta campaña en términos de calidad de la fruta, volúmenes y trabajos en huertos y packings.

En cuanto a los tiempos, el Comité del Kiwi indica que la cosecha no viene distinta al promedio histórico, que si bien puede que se haya adelantado dos o tres días, todos los indicadores sugieren que la cosecha será similar a la de temporadas anteriores. Asimismo, los calibres vienen un poco mejor que los de 2018, con un promedio más cercano al 33, 30, más que al 36, 33 que se vio el año anterior.

“El Comité del Kiwi también ve probable que tengamos una buena temporada en cuanto materia seca, ya que usualmente, con los años calurosos, la planta detiene el crecimiento vegetativo y concentra todo lo que está generando dentro de la fruta”, señala el director de Fedefruta y productor de kiwis, José Antonio Orueta, en entrevista.

Entre 2015 y 2018, los envíos anuales de kiwi chileno exportados se han mantenido entre 176 mil y 185 mil toneladas, un volumen uniforme desde las heladas de 2013. ¿Cuáles son las expectativas para el 2019?

“Efectivamente, los volúmenes de Chile han estado alrededor de las 180 mil toneladas en los últimos años. El 2018 terminamos con 184 mil toneladas, con cerca de 2.500 toneladas  kiwi amarillo”.

“Ahora bien, el Comité del Kiwi estima que este año puede haber un 5% menos de fruta que el 2018, alrededor de 175 mil toneladas totales de kiwi, y de amarillo probablemente un poco más que el año pasado, ya que la variedad Jintao se está recuperando de su caída, y están aumentando en producción otras variedades como Dori y Soreli. Por lo tanto, se estima las toneladas de kiwi amarillo pueden llegar a situarse entre las 5 mil y 6 mil toneladas”.

¿Y qué recomendaciones deben seguir los productores de kiwi para que, en esta temporada, tengan una cosecha lo más óptima posible en calidad?

“Tiene que ver con dos temas: uno, es tratar de cosechar con la mayor cantidad de brix posible. Sobre los 7 grados brix se alcanza una buena madurez fisiológica, lo que significa que los lotes son mucho más homogéneos y estables, al igual que el comportamiento de esa fruta en postcosecha”.

“En segundo lugar, es importante dejar fuera aquella fruta que no vale la pena que vaya a la central frutícola, puesto que lo único que se logra es tener fruta más sucia y las máquinas no son capaces de separar todo el mix que llega. Aquí nos alineamos con el Comité del Kiwi, y si el productor puede evitar enviar alguna fruta que no será aporte alguno a la caja de exportación, será mejor que así lo haga”.

¿Qué papel puede jugar la producción y exportación chilena de kiwis orgánicos en este tiempo?

\”Creemos que es una excelente oportunidad hacia el futuro, es una tendencia a nivel de mercados y consumidores que hay que desarrollar, aunque por ahora la producción de kiwis orgánicos es baja en Chile, alrededor de un 2 y 3% del total\”.

\”Con la PSA se han ido lastimando muchas de las áreas productoras de kiwis orgánicos en la zona centro-sur, por lo que la superficie de orgánicos no ha aumentado a pesar de que el mercado, en general, se nota cada vez más demandante de productos orgánicos. Además, como los kiwis orgánicos producen menos, los productores están más reticentes a meterse en un negocio donde los kilos no son estables. Sin embargo, es un nicho que no podemos descuidar para el futuro próximo\”.

Por último, de tener 11.200 hectáreas de kiwis plantadas en Chile el 2008, en 2018 se proyectaban 8.500, una caída de un 26% en estos últimos 10 años. ¿Cómo explicas este fenómeno y a qué factores lo atribuyes?

“Este punto es importantísimo. La superficie de kiwis en Chile está bajando porque no tenemos una política de país para enfrentar las amenazas, como la competencia de otros países y las enfermedades que pueden impactar en la producción.  Cuando Nueva Zelanda tuvo PSA, desarrollaron variedades resistentes gracias a un programa de desarrollo de nueva genética que trabaja para esa industria. Nosotros en cambio, no contamos con organizaciones ni financiamiento para enfrentar dicha problemática desde ese ángulo.

“Allí, nos encontramos frente a una desventaja, ya que salvo en algunas intervenciones muy sutiles, Chile ha invertido muy poco en cuanto a investigación y desarrollo de variedades, cosa que sí hizo Nueva Zelanda con las manzanas y justamente los kiwis, resistentes a la PSA. En Chile simplemente estamos esperando lo que llegue de otros lados a ver si es posible utilizarlo o no, pero requerimos políticas y financiamiento para el desarrollo de variedades que nos permitan ir solucionando los desafíos que tenemos en la producción y sostenibilidad de nuestra fruta”.  

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