Fedefruta en Ñuble: Máquina sembradora facilita labores agrícolas de familia en San Ignacio

Cuentan que hace años en la comuna de San Ignacio, tierra al sur de Chillán, abundaban los cultivos de cereales. En el último tiempo, sin embargo, la producción y venta de hortalizas han sido protagonistas de negocios familiares y fuente de sustento para las mismas.

Desde el 2015 que en el campo de la familia de Julia Abarzúa, en el sector de Colton, cultivan maíz y cebolla, trabajando cuatro variedades de estas últimas. Años atrás, trabajaban la remolacha y trigo, pero el mercado no era estable.

“Como la remolacha dejó de ser rentable para nosotros, dijimos ya, probemos con la cebolla”, cuenta su hijo Jaime Sánchez sobre este predio familiar que ya tiene 30 hectáreas, seis de ellas destinadas a esta hortaliza. En menor cantidad trabajan cultivos como papas, porotos, brócolis y pimentones.

El año pasado Julia Abarzúa postuló, a través de gestión de la Federación Gremial de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), al Programa de Desarrollo de Inversión Productiva (DEIN) financiado por Corfo, adjudicándose fondos que les permitieron comprar una máquina sembradora y un tractor.

“Esa era la piedra de tope que había aquí, no había máquina hortalicera. Con esta máquina se sembró todo aquí”, dice Jaime. “Lo que pasa es que había una sola máquina por esta zona. Entonces uno tenía que inscribirse, y si venía malo el tiempo, uno sembraba al último”, agrega Julia al respecto a las dificultades que tenían para sembrar en este sector.

“Ese era el problema, la época de siembre es muy corta; si nos pasábamos del tiempo, salían sólo tallos, y si nos adelantábamos, teníamos cebollones florecidos. Con la sembradora se nos facilitó muchísimo la siembra y nos disminuyeron las pérdidas”, afirma también Matías Sánchez, nieto de Julia.

Las variedades de cebolla que poseen son delicadas, su semilla es cara, necesita su justa dosis de agua aunque, a su vez, un leve rocío puede hacer que un hongo florezca. A finales de julio quieren empezar a sembrar para ver cómo sale la producción de este año. Cuentan que muchos comerciantes vuelven a comprar sus cebollas por su calidad e inocuidad, puesto que se preocupan de ofrecer un producto limpio, sano y fresco.

Respecto al acompañamiento que les proporcionó la federación gremial comenta Jaime que “tuvimos una excelente gestión, excelente asesoría, porque primero nosotros queríamos comprar una máquina usada, y Fedefruta nos recomendó mejor una máquina nueva, y se nota la diferencia porque las máquinas de segunda mano ya están deterioradas”.

Hoy la familia de Julia Barzúa se encuentra esperando que llegue el tractor – la segunda maquinaria que pudieron obtener gracias al programa DEIN cofinanciado por Corfo y gestionado por Fedefruta- que los ayudará con las labores de campo. Sus próximos objetivos, dicen, son mejorar el sistema de riego e instalar una infraestructura donde poder conservar mejor sus cebollas para ofrecerlas frescas todo el año.

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