El nuevo poder chino en el agro

En el último año, empresas chinas han invertido US$ 116 millones en compra de viñas chilenas. También hay un interés por adquirir centrales de procesamiento de fruta. 

No entendía lo que le decían. La comida era muy distinta. Sacar una cuenta corriente era una tarea casi imposible. Rick Ye tuvo un aterrizaje brusco en Chile.

Ye conocía el vino chileno, pues había trabajado en China en una empresa que importaba vinos. A él le tocó posicionar a la Viña Cono Sur en el país oriental. Para seguir progresando en su carrera profesional, decidió hacer un MBA en el extranjero. La opción de EE.UU. estaba en la mesa, pero prefirió hacerlo en Chile. Su suegro ya estaba instalado en el país y Ye veía que aquí podía cumplir su anhelo de montar su propia empresa.

Cuatro años le tomó aprender a manejar el español, sacar el MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez y ganar experiencia local trabajando en una empresa. En 2015, con apoyo financiero de familiares en China, partió con Viña Eternidad. Al principio su oficina era un café, luego pudo contratar una secretaria y arrendar una oficina. Lo que pasó en los siguientes años ha sido de manual.

\”Trabajamos en muchos mercados dentro de China, tenemos una comunicación muy cercana con nuestros clientes y somos flexibles a sus demandas. Además, conocemos bien la producción de vino en Chile\” explica Rick Ye.

Viña Eternidad compra vino o uva para elaborarlo, envasa el producto con sus propias etiquetas en una planta en El Monte, Región Metropolitana, y lo manda a China. Aunque la empresa no es conocida en Chile, con solo dos años se convirtió en el décimo proveedor chileno de vino en ese país, según los números de la aduana china, superando a viñas más tradicionales.

Por el momento, Ye prefiere quedarse solo en la parte comercial, sin entrar en la compra de viñedos.

Sin embargo, a la hora de inversiones asiáticas que hacen ruido en el agro, la noticia del año corrió por un jugador chino bastante más grande.

La empresa Yanghe, filial del Grupo Jiangsu Yanghe Destillery, le salió al paso a la OPA lanzada por CCU por Viña San Pedro Tarapacá (VSPT). En un remate de acciones, adquirió el 12,5% de las acciones de una de las mayores vitivinícolas nacionales por US$ 66 millones.

\”La importación de vino en China ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Con San Pedro hemos tenido una larga relación de compra de sus vinos. Notamos que la calidad y el servicio eran muy buenos. Eso nos llevó, cuando existieron las condiciones, a comprar acciones de la empresa, a convertirnos en socios\”, sostiene Zhang Shuo, elegido director de VSPT por parte de Yanghe, en su primera comunicación con un medio chileno.

Primero a cuentagotas y últimamente con mayores volúmenes de inversión, China está plantando sus banderas en el agro chileno.

A las relaciones comerciales plenamente aceitadas -China se transformó este año en el primer mercado de destino para el vino y las cerezas exportaron cerca de US$ 1.000 millones en la última temporada, la mayoría a ese país-, le sigue, como un paso casi natural, la llegada de capitales orientales al agro chileno.

\”Hasta hace poco existía la mirada de que los chinos llegaban a hacer negocios puntuales y se iban. Mientras tanto, Japón o Corea instalaban empresas acá. Eso va a cambiar, las compañías chinas van a comenzar a instalarse cada vez más en Chile, pues les interesa tener estabilidad en su operación\”, sostiene Rick Ye.

Necesitan asegurar abastecimiento

Álvaro Aspée trabajó cerca de un lustro en China, como agregado agrícola de Chile y luego como ejecutivo de una frutícola nacional, y tiene una idea clara del interés oriental.

\”El factor que más afecta el aumento en inversiones es el crecimiento de la clase media y alta en China y, por ende, el avance de las empresas que abastecen de alimentos a esos segmentos. China tiene problemas estructurales para proveer esa demanda, debido a sus altos niveles de contaminación, baja credibilidad por escándalos relacionados con inocuidad de los alimentos, escasez hídrica y de tierras\”, afirma Aspée.

El profesional recuerda que las primeras inversiones agrícolas en el extranjero apuntaron a obtener alimentos de primera necesidad, como los granos, de los cuales Chile tiene poca oferta. Sin embargo, ahora las inversiones apuntan a satisfacer alimentos de más alto valor, como cerezas, vinos, lácteos o carnes.

Otro factor que ha favorecido el interés de inversión, según Aspée es la estabilidad de política china, lo que permite una mayor solidez a la hora de planificar inversiones fuera de las fronteras.

En el caso chileno, además, se suma que ahora es más fácil para un chino vivir en el país.

\”Cuando llegué en 2011 era imposible tener una \”vida china\” acá. No encontrabas los alimentos a los que estabas acostumbrado, ni sabías a qué colegio llevar tus hijos o dónde vivir. Hoy existe una situación más madura. Eso es muy importante para la llegada de inversiones más grandes, pues las empresas necesitan que las personas se interesen en vivir en Chile\”, sostiene Rick Ye.

Interés por fruta y vino

Para el abogado José Rojas, asesor de inversionistas chinos, cree que el agro corre con ventajas respecto de otros rubros económicos a la hora de atraer capital de la potencia oriental. Según el profesional, la industria frutícola nacional es valorada por la calidad e inocuidad de su producción, así como por el uso de tecnología de punta en la poscosecha y en la logística.

\”A la fruta la veo bien. En buena parte se debe a que en ella operan comerciantes que son muy dinámicos. Usualmente es un negocio familiar en que se ha acumulado un capital importante en los últimos años. Los que obtienen más son los que hacen la venta al cliente final, los comerciantes ganan por volumen\”, sostiene Rojas.

El abogado explica que en el último año el interés por participar en instalaciones de embalaje, mediante compra directa, en sociedad o contratos de largo plazo, se ha multiplicado. El control de una planta de embalaje les permite una base sólida para aumentar sus volúmenes de venta.

Ese interés ya lo detectó Andrés Tamm, empresario frutícola de la Sexta Región. Hace un par de años compró una planta frutícola en San Francisco de Mostazal. Aunque era necesaria para procesar su propia fruta, tenía claro que le quedaba una importante capacidad ociosa. Comenzó a ofrecer servicios de embalado y logística a terceros. Su foco serían productores vecinos.

Para sorpresa de Tamm, en el segundo año de funcionamiento de ese modelo de negocios, la demanda de comerciantes chinos ya escaló a un tercio de toda la fruta que procesa. Los empresarios orientales se encargan de comprar la fruta y la llevan a la planta de San Francisco de Mostazal para procesarla.

En el vino, las firmas chinas también están dejando su huella.

Yantai Changyu Pionner Wine compró el año pasado el 85% de Beth Wines -que incluye viñas como Indómita, Santa Alicia y Agustinos- a Inversiones Bethia, ligada al empresario Carlos Heller, por US$ 50 millones. El holding de 126 años de vida, es uno de los mayores dedicados a los alcoholes en China.

La firma seleccionó preliminarmente ocho viñas chilenas, las que evaluó entre octubre de 2014 y mayo de 2016. Finalmente, se decidieron por Indómita por su valoración de la marca, los viñedos y las instalaciones de proceso.

\”La política de arancel cero en China ha permitido que los vinos chilenos tengan una muy buena relación precio-calidad. Los costos en Chile son más bajos que en otros países y hacen que tengan una fuerte competitividad comparado con Francia, Estados Unidos, Australia y otros países\”, sostiene Zhang Lanlan, ejecutivo de Yantai Changyu.

Zhang valora que los vinos chilenos han ganado fama de ser muy buenos en su país; sin embargo, advierte que siguen asociados a un precio muy bajo.

\”Es muy importante generar una marca y que la imagen sea de alta calidad. Yantai Changyu tiene una fuerte capacidad de gestión de márketing. Nos esforzaremos en convertir a Indómita en un producto singular en el mercado chino\”, remata el ejecutivo.

Rick Ye, en tanto, cree que la relación entre la industria viñatera chilena y China se estrechará cada vez más.

\”Solo Shangai tiene casi 35 millones de habitantes. El consumo promedio en China no pasa de los dos litros por persona. Si solo tomamos el 2% del mercado, va a ser una gran demanda. Además, Chile tiene una gran ventaja, que es un país orientado a la exportación, eso hace más fácil trabajar\”, sostiene el empresario.

Para Ye, la instalación en Chile de empresas viñateras chinas, además, obedece a que es un rubro en que se necesita establecer relaciones de confianza. Es clave identificar y fidelizar buenos proveedores de uva y vino, la base del negocio. Tener un trato cercano con las empresas de insumos secos, como botellas y etiquetas, también ayuda.

Trabas a las inversiones

Para Ian Frederick, director subrogante de InvestChile, el organismo estatal destinado a promover la inversión extranjera, el escenario es favorable para la llegada de mayor inversión china en el agro. Apunta a los altos estándares de inocuidad, a los beneficios del tratado de librecomercio bilateral y a la demanda insatisfecha por alimentos de alta calidad.

\”No es raro que los empresarios chinos estén entrando en una segunda fase, que tiene que ver con instalarse en Chile ya sea asociándose con un productor local, o a través de la adquisición de un proyecto ya existente. Actualmente, en InvestChile estamos trabajando con compañías chinas que tienen interés en el sector de alimentos. La mayor parte están prospectando las áreas vitivinícola y frutícola, pero también hemos visto un interés incipiente en actividades como el packaging y el procesamiento de algas\”, sostiene Frederick.

En su experiencia con inversionistas chinos, José Rojas también cree que hay un gran potencial para la llegada de más empresas al agro. Sin embargo, advierte que hay bastantes tareas pendientes.

Argumenta que, grosso modo, hay dos tipos de inversionistas chinos, los primeros están ligados a la comercialización. Se trata de importadores que desean tener un abastecimiento más seguro y deciden comprar una central de embalaje o huertos. En general, se trata de montos relativamente bajos.

Por otro lado, están las grandes empresas de distribución o venta final en China, las que manejan montos de inversión mucho mayor, pero que están poco presentes en Chile.

\”Creo que la política de atracción de inversiones no es cosa de ir a una feria en Shanghái. Estamos hablando de algunas de las empresas que manejan más dinero en el mundo. Es necesario tener estudios de campo de cuáles son las compañías que necesitan fruta, vino u otros alimentos\”, sostiene Rojas.

Por ejemplo, al abogado le llama la atención la baja productiva del sector lechero chileno, en momentos en que China importa leche de alto valor desde Alemania o Francia, debido a la desconfianza con la producción local. Una conexión entre la oferta y la demanda le parece una tarea muy interesante para las autoridades promotoras de inversión chilenas.

Rick Ye agrega que hay que facilitar el ingreso de empresarios chinos.

\”Estados Unidos y otros países tienen visas especiales para inversionistas. En cambio, en Chile solo hay una categoría común para todos los que desean ingresar\”, sostiene Ye.

Un punto que respalda Rojas, que señala el freno que representan los funcionarios chinos de los consulados de Chile a la llegada de inversionistas.

\”La entrega de visas de los consulados es súper lenta, cuesta que la den. Los cónsules no hablan chino y el personal local hace un filtro demasiado fino\”, alega el abogado.

La discusión, en todo caso, es cómo facilitar la llegada de inversionistas chinos al agro, pues todo indica que las inversiones del último año solo son la punta de lanza.

Zhang Shuo, director de Viña San Pedro Tarapacá por parte de Yanghe, frente a la pregunta de si han pensado hacer más inversiones en Chile, responde directamente.

\”Claro, las inversiones van a depender de cómo se desarrolle el negocio con nuestro socio\”.

Fuente: Revista del Campo

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