El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, sostendrá una reunión con el gobierno de Estados Unidos por los cobros injustificados que acusan exportadores chilenos de uva de mesa.
Los productores y exportadores de la uva de mesa ha expresado estar inquietos, luego de los retrasos que han sufridos sus productos en Estados Unidos y que han provocado pérdidas cercanas a los 30 millones de dólares.
La acción fue provocada por la fumigación que se realiza sobre la uva para poder ingresar al mercado norteamericano.
Los exportadores han acusado que por negligencias entre las navieras y el puerto de Filadelfia este proceso ha tardado más de lo presupuestado, por lo que han debido pagar multas por los atrasos en la devolución de los contenedores donde se almacena la fruta.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, afirmó que se reunirá con su par estadounidense para encontrar soluciones a la problemática. \”Vamos a tener una reunión el día lunes con el Secretario de Estado en agricultura norteamericana, para apurar el Approach Systems, que es un sistema que permite levantar la exigencia de una fumigación adicional\”.
El presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas, Ronald Bown, sostuvo que el gremio también se encuentra trabajando en medidas alternativas para subsanar esta crisis. \”Es un tema que fundamentalmente tienen que analizar las autoridades norteamericanas, si es factible, si procede, si hay eventualmente alternativas. Nosotros lo que estamos haciendo y apostando es buscar alternativas adicionales a lo que es la actual fumigación\”.
El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, se mostró satisfecho por las acciones del secretario de Estado, señalando que se trata de una demanda histórica del gremio y que esta fumigación por la que debe pasar la fruta genera grandes pérdidas para el sector. \”Estas son las medidas que como gremio venimos solicitando hace por lo menos 15 años. Hoy día creemos que es una oportunidad tremenda para poder replantear a la autoridad americana el Systems Approach\”.
Gran parte de la fruta que iba a ser vendida en mercados estadounidenses debió ser lanzada al mar, ya que por las demoras se rompió la cadena de frío y el producto ya no cumplía con los estándares necesarios para la comercialización.
Los exportadores estiman estas pérdidas en un 30% y no descartan iniciar acciones legales contra las navieras y el puerto de Filadelfia.
