SAG informa irregularidad en la formulación de plaguicida

El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) informa que, gracias al correcto funcionamiento del programa de fiscalización de plaguicidas y sistema de control de inocuidad de productos hortofritícolas, se tomó conocimiento de la presencia indebida del insecticida Fipronil en la formulación del fungicida FRONTAL 425 SC, elaborado por la empresa de insumos agrícolas ANASAC Chile.

Este producto fue aplicado en uva de mesa, en huertos ubicados entre las regiones de Coquimbo al Maule, por lo cual se ha activado el protocolo establecido para estos casos, iniciando de inmediato la identificación e inmovilización del plaguicida y de los productos tratados con éste. El protocolo establece además la toma de muestra en la fruta afectada ubicada en huertos y la que se encuentra procesada y embalada en los frigoríficos, para determinar la presencia del contaminante.

A raíz de estos antecedentes, el SAG procedió además a la fiscalización de la planta ANASAC, ubicada en la comuna de Lampa, encontrando 63 litros del lote del plaguicida en cuestión, los que fueron retenidos como parte de la investigación. En la oportunidad también se requirió a la empresa documentación sobre la trazabilidad del lote, para poder dimensionar los posibles productos afectados y los respaldos del proceso de retiro, desde el comercio y destrucción del remanente del fungicida FRONTAL.

Además de los análisis de laboratorio, el servicio ha iniciado un proceso sancionatorio en contra de esta empresa por la contaminación ocurrida durante el proceso de elaboración del fungicida FRONTAL con el insecticida Fipronil. Cabe señalar que esta empresa presentó un problema similar el año 2015, por lo cual se evalúan las sanciones dado este comportamiento reiterativo.

El SAG se encuentra trabajando con las empresas frutícolas para identificar las partidas de uva afectadas, procediendo a su inmovilización y también la destrucción de la fruta que permanecía en los huertos. Podemos señalar que los productos afectados fueron los que recibieron tratamiento con este fungicida con posterioridad al 17 de marzo 2018, por lo que la uva afectada corresponde sólo a este periodo.

Se ha establecido una mesa de trabajo entre los Ministerios de Agricultura y de Salud, y sus organismos técnicos, para coordinar las acciones a seguir, y resguardar la inocuidad de los productos que puedan llegar a consumidores nacionales y extranjeros.

Efectos en la salud

El insecticida Fipronil es compuesto de baja toxicidad para el ser humano. En esos términos y en relación a su participación como contaminante en la producción de uvas, el Ministerio de Salud informa que:

  • El Fipronil es una sustancia que solo es capaz de producir daños en forma inmediata en la salud (efectos agudos) cuando las dosis son extremadamente altas, situación que no es factible que ocurra a través del consumo de uvas, dado que la carga que puede incorporar una uva es muy baja como para llegar a las dosis tóxicas. Por ejemplo, una persona de 70 kg de peso corporal debería consumir 697.000 kg de uvas con una concentración de 0,01 mg/kg para que se registre toxicidad. Por lo demás, la absorción de Fipronil a través de la piel es limitada, por lo que el contacto directo (tocar o manipular las uvas) no implica riesgo para la salud.
  • Sin perjuicio de que no hay un riesgo para la salud de la población, la empresa involucrada debe responder a las sanciones respectivas tanto desde la regulación con competencia por parte del SAG y el Ministerio de Agricultura, como por los incumplimientos normativos en el Reglamento Sanitario de Alimentos.

No obstante, es importante recordar algunas de las recomendaciones generales que hace el Ministerio Salud respecto a las Prácticas higiénicas para la manipulación de verduras y frutas frescas por parte de los consumidores, con el fin de disminuir la presencia de residuos de plaguicidas:

  • Para las hortalizas de hoja se deben desprender las hojas y eliminar las que estén en mal estado, luego lavar las hojas que se van a consumir una por una, poniéndolas bajo el chorro de agua (llave del agua).
  • Para el caso de las uvas, estás deben lavarse bajo el chorro de agua, procurando que el agua escurra completamente por la fruta, ya que la eliminación de los residuos de plaguicidas que estas puedan tener es eliminado por arrastre del agua.
  • Las frutas y tubérculos de consistencia dura (batatas, papas, zanahorias, etc.) en lo posible debe limpiarlos con un cepillo de cerdas finas bajo el chorro de agua.

Fuente: SAG

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