Presidente de Fedefruta pondera atributos productivos de la uva de mesa en Perú

En el reportaje de Revista del Campo, \”La Reinvención de la uva de mesa peruana\”, el presidente de Fedefruta Jorge Valenzuela advirtió de ciertas ventajas a nivel de producción que tiene Perú si se compara con la industria chilena.

A continuación, lo publicado:

Perú tiene un ambiente privilegiado para producir uva de mesa. Los procesos se pueden hacer mucho más rápido. Puedes importar una nueva variedad genética y hacer la cuarentena durante un año en el mismo campo -explica Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta.

El dirigente gremial explica que, adicionalmente, la naturaleza juega a favor de los peruanos. Una parra puede entrar en producción en 12 meses, mientras que en Chile se demora de dos a tres años.

No solo la naturaleza contribuye al \”turbo\” peruano, también el origen de las empresas productoras.

A diferencia de Chile, en que los agricultores se modernizaron para lanzarse a la fruticultura, la industria peruana de la uva de mesa se formó a partir de fortunas provenientes de otros ámbitos económicos.

-En general, quienes están detrás de la uva en Perú son grandes capitales que tuvieron su origen en la pesca o en la minería. Si algo no funciona, se arranca. Obviamente, ayuda mucho que quienes están en la uva de mesa en Perú tengan un capital importante que los respalde, sostiene Jorge Valenzuela.

Es necesario recordar que el gremio se encuentra expectante sobre la situación de la uva de mesa chilena en los Estados Unidos, mercado que estuvo con un exceso de oferta histórico -de hasta un 33% a finales de octubre- que hacía temer por los precios. Dicho escenario, provocado la guerra comercial entre EE.UU. y China que hiciera que la uva de California no haya podido ser exportada y se quedara para el consumo local, dio un giro positivo, luego que el USDA informara de una reducción importante del stock, de más de 18 millones de cajas en octubre, a 1,5 millones a finales de diciembre.

“Queda por ver cómo trabajaremos nuestros envíos, enfrentados a la recuperación de los volúmenes de uva de mesa de Perú”, sostiene Valenzuela. “El desafío, frente a esta realidad, es ejecutar programas de guarda para nuestra fruta tardía o de media estación, para exportar lo más tarde posible y encontrarnos -esperemos- con un mercado más despejado”.

Sin embargo, \”más que competidores, con Perú podemos ser complementarios en la oferta de uva de mesa\”, concluyó Valenzuela en Revista del Campo. \”Creo que podemos hacer un trabajo importante en conjunto en Asia para aumentar la demanda\”.

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