#Fruittrade2019 anticipará el futuro del Sur de Chile como polo frutícola

“Hoy, por cómo avanza el mundo, cómo evoluciona, cómo se desarrolla, con la rapidez que estamos viviendo, las zonas de confort son muy peligrosas y hay que estar muy atento, hay que prepararse y anticiparse a los cambios”, dijo el presidente del Grupo Hijuelas, Gaspar Goycoolea, durante el lanzamiento de #Fruittrade2019, cuando fue su turno de analizar el desarrollo frutícola del sur de Chile, de la mano de tecnologías como la nueva genética que han permitido la irrupción de nuevas zonas productivas en esa parte de nuestro país.

Y el cambio no es para nada menor, puesto que “creemos que, en las próximas décadas, el sur de Chile estará viviendo un cambio muy fuerte de identidad”, con la ganadería y cultivos tradicionales abriéndose a las especies frutícolas de exportación. “Y esperamos que se planten alrededor de unas 100 mil hectáreas nuevas en las décadas venideras, en distintas especies”, adelantó.

Goycoolea abordó este punto que marcará pauta en la convención #Fruittrade2019, el mayor encuentro anual de la hortofruticultura chilena a realizarse el 1 y 2 de octubre en CasaPiedra, cuyos temas a tratar serán diseñados por el Comité Asesor de Fruittrade, del cual el empresario es parte junto con el presidente de Fedefruta Jorge Valenzuela, el director del gremio Cristián Allendes, el actual vicepresidente de la SNA Recaredo Ossa, los asesores Carolina Cruz, Dragomir Ljubetic y Andrés Sáez, y el socio de RedAgricola Patricio Trebilcock.

A continuación, las palabras de Goycoolea en el lanzamiento de #Fruittrade2019

“Hoy, cómo avanza el mundo, cómo evoluciona, cómo se desarrolla, con la rapidez que estamos viviendo, las zonas de confort son muy peligrosas y hay que estar muy atento, hay que prepararse y anticiparse a los cambios. Ya tenemos una competencia muy fuerte de países vecinos, tanto Perú, Ecuador, Colombia como República Dominicana, Guatemala, que hace que debamos estar atentos. No nos podemos quedar tranquilos, tenemos que pensar sobre cómo mejorar, cómo avanzar y cómo innovar. 

“Y en ese sentido, en el sur de Chile hay una serie de factores que nosotros, como grupo familiar, los venimos tomando en cuenta hace más de 10 años, y decidimos poner un polo de desarrollo justamente en Osorno. Hay factores que se han nombrado acá como el desarrollo genético, que avanza cada día más rápido, con programas genéticos alrededor de todo el mundo, incluso algunos en Chile, y lo que hacen es abrir los lugares geográficos donde se pueden producir algunas especies. Por ejemplo, el caso de los arándanos, que se inicia hace muchos años en la zona de Michigan, y hoy con los cambios genéticos podemos contar con una producción de arándanos desde un país 100% tropical hasta otro totalmente frío. Las fronteras se abren, se abren más sitios productivos, lo que nos obliga a estar muy atentos.

“El otro tema a considerar es la incorporación de nuevas especies en Chile, y para el sur de nuestro país está apareciendo el avellano europeo, que cada día está siendo más nombrado, una especie que se va a potenciar con nuevos programas genéticos, con Chile teniendo una acción bastante importante. 

“A eso le sumamos los desarrollos de tecnologías que han permitido también tener, por ejemplo, un control climático sobre grandes superficies, no solo pequeñas, técnicas que van ampliando las fronteras y que permiten que pueda hacerse más hacia el Sur de Chile. La robótica creo que es otro factor importante que cada día se hará más real en la agricultura chilena, por lo que hay que considerarla.

“¿Y qué pasa en el sur de Chile? Tenemos más superficie, tierra accesible para poder plantar y la disponibilidad del recurso hídrico, lo que es muy importante y que es un tema que estamos sufriendo y viviendo en las zonas norte y centro del país hoy en día, con grandes problemas. 

“Todo este cúmulo de factores hace que creamos que, para las próximas décadas, el sur de Chile viva un cambio muy fuerte de identidad. La ganadería, la lechería y los cultivos tradicionales irán mutando y cambiando hacia la fruticultura, y esperamos que se planten alrededor de unas 100 mil hectáreas nuevas en las décadas venideras, en distintas especies. Para esto hay que estar atentos, y hacerlo bien, lo que también depende de otros factores con los que como país estamos al debe. 

“Creo que falta una política de desarrollo de país en el tema frutícola, a largo plazo, porque tenemos escenarios que son complejos. Chile debe enfrentar temas de mano de obra, ya que las políticas laborales del país son complejas, como también el apoyo a la innovación y desarrollo tecnológico. Nosotros hablamos mucho de innovación, hablamos mucho de tecnología, pero nos quedamos en el análisis, y para pasar a la acción debemos contar con una política de desarrollo de país, donde las autoridades tienen mucho que decir.

“Considero también muy importante el trabajo conjunto. Aquí las autoridades, independientes de las ideas políticas, deben pensar a largo plazo y aquello es fundamental para tener éxito en estos cambios y el desarrollo de las nuevas zonas. 

“Como agricultores no nos podemos dar el lujo de cometer errores, debemos validar variedades, debemos incorporar las tecnologías adecuadas, debemos tener un costo por kilo de fruta producida que sea competitivo, a nivel mundial, para llegar a cada uno de los diferentes mercados y hacerlo sustentable en el tiempo”. 

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