El vicepresidente de Fedefruta, Claudio Vergara Tagle, fue invitado al programa Agenda Agrícola de CNN Chile para contar su experiencia como empresario frutícola dedicado a la cereza, destacando su trabajo en Chile Chico, provincia de Aysén, con el fin de producir las cosechas más tardías del Hemisferio Sur.
\”Hay muchos que producen cerezas tempranas y tardías en la misma zona, distintas variedades en el mismo lugar. Nosotros nos hemos enfocado en producir las cerezas más tempranas en Aculeo en noviembre. Luego seguimos en diciembre en Rancagua, y terminamos con las cerezas de Chile Chico, que son las más tardías de Chile\”, comentó Vergara en su entrevista, dando a conocer también las características peculiares de la Patagonia que hacen que la cereza de Chile Chico sea única en el mundo.
En Aysén, \”tenemos un largo de día superior, amanece en diciembre las seis de la mañana y se oscurece a las diez de la noche. Eso hace entonces que las cerezas crezcan, tengan más materia seca, sean más grandes, más dulces, más firmes\”, señaló a Juan Pablo Matte, conductor del programa.
Algunos de los principales puntos tocados por Vergara en Agenda Agrícola, a continuación.
Descubrimiento de Chico Chico como lugar para producir cerezas:
Somos especialistas en cerezas y tenemos una historia de más de 30 años en este cultivo, y producimos en tres zonas: Aculeo, Rancagua y Aysén. Esta empresa la empezó mi padre en 1980 y una vez que teníamos consolidado el campo de Rancagua, comenzamos a buscar otros lugares dónde producir las cerezas más tardías en el Hemisferio Sur. Y nos fuimos al Hemisferio Norte…
Viajamos un par de veces a Canadá y nos dimos cuenta de que había un clima frío y seco, donde los árboles no se morían y las cerezas eran excepcionalmente grandes, de muy buena calidad. Dentro de Chile empezamos a buscar un clima que fuera particularmente frío y seco, y llegamos a Chile Chico, en la Patagonia, donde nos dimos cuenta de que había las mismas condiciones, además de una condición fitosanitaria extraordinaria, sin plagas.
Cómo es el desafío logístico de producir y cosechar fruta en ese lugar:
No es un tema menor pero ya lo tenemos resuelto, con un sistema que está funcionando. Y en el camino uno se va topando con otras cosas, como el viento extremo de cien kilómetros por hora que no lo tenemos en la zona central, y un sinnúmero de heladas, pero uno aprende a convivir con ello. Me dijeron varias veces que estaba loco (risas). Estamos siguiendo dos caminos. Uno es embalar en Chile Chico, y el otro es preparar la fruta en Chile Chico y enviarla a la zona central a proceso. Desde ahí se exporta.
Lo diferente de la cereza de Chile Chico:
Cuando partimos, la oferta de cereza estaba enfocada a noviembre y diciembre, y con esto pudimos extender la oferta, cosechando hasta febrero con las cerezas en Aysén. Las exportamos y tienen unas condiciones organolépticas totalmente distintas a las (que se obtienen) en la zona central. Tenemos un largo de día superior, amanece en diciembre las seis de la mañana y se oscurece a las diez de la noche. Eso hace entonces que las cerezas crezcan, tengan más materia seca, sean más grandes, más dulces, más firmes… es muy interesante, un producto distinto. A final, lo que quieres es llegar al consumidor final con una cereza de buena calidad, eso es lo que ven y se recompensa.
Desafío de estar concentrado en un solo mercado:
Creo que hoy en día existe un riesgo de tener un monomercado que es China, pero hoy estamos llegando con un producto que… bueno, me tocó estar allá para el Año Nuevo Chino, y uno ve que es un regalo, por lo que es una tremenda responsabilidad producir esta fruta tan delicada que se la regalan entre ellos. Tiene que ser un producto firme, con el color adecuado, el tamaño adecuado, incluso el pedicelo, que debe ser verde, que se vea una fruta fresca.
